Dejé la estepa
cansado y aturdido;
pasto de la ansiedad
no hay otros mundos
pero si hay otros ojos,
aguas tranquilas,
en las que fondear.
Mar antiguo, madre salvaje,
de abrigo incierto que acuna el olivar.
Muge mi alma, confusa y triste;
ojos azules en los que naufragar.
Te he echado tanto de menos
patria pequeña y fugaz;
que al llegar cruel del norte el huracán
no se apague en tu puerto el hogar.
Mar antiguo, madre salvaje,
en tus orillas de rodillas rezaré.
Tierra absurda que me hizo absurdo,
nostalgia de un futuro azul en el que anclar.
Triste y cansado, con los viejos amigos
el vino y el cantar;
mientras quede un olivo en el olivar
y una vela latina en el mar.
Viejos dioses olvidados
mantenednos libres de todo mal.
Mar antiguo, dios salvaje
de la encina y del gris olivar.